martes, 26 de julio de 2011

Como decir adiós.

Me subo al autobús, está allí, otra vez. Me paro, es el momento ¿no? Sonrío. Me sonríe. Me siento despacio a su lado, jamás había estado tan cerca de ella. Me recuerda mucho a mi abuela, con esa sonrisa enigmática, y su pelo blanco. A veces la hecho de menos. Pero solo recuerdo parte de ella, porque era muy pequeña, la última vez que la vi.
-Dime.-dice. ¿Que? No entiendo nada. Pero, ¿que más da?
-Hay un chico que me gusta, pero no sé que hago. No hago más que cagarla.-la miro, me reprocha mi vocabulario en silencio.- Perdón. Pero es que... cuando estoy con el me tropiezo... Literalmente, claro. Pero siempre pierdo mi oportunidad para decirle que me gusta.
-Bueno, ¿y que te han dicho tus amigos?-me pregunta.
-No tengo muchos, pero mis amigas opinan que es una tontería ponerme nerviosa, y que él es idiota. Mi mejor amigo, en cambio, no suele decir nada y lo critic...
La señora me guiña un ojo. ¿Que quiere decir? El autobús se para. Se baja, ni se despide. Pensé que desahogarme me ayudaría, pero tengo un lío en la cabeza.
                                                           * * *
No puedo dormir, no sé que hacer. La veré mañana otra vez, después de clase. No sé que voy a hacer, tengo que pensar... ¿Porque me guiñaría el ojo?
                                                           * * *
-Hola.- dice la vieja.
-Hola.- sonrío.
-Cuéntame.- me dice. Parece que me conoce de toda la vida, es...tan natural. 
-He hablado con el chico.-digo, parece disgustada.- pero, cuando iba por el pasillo, me he dado cuenta de que es idiota. A tenido más novias que sobresalientes, y... le he dicho que dejará de jugar con las tías. Me ha llamado loca, y entonces mi amigo ha salido en mi defensa.- me paro.
-¿Que ha dicho tu amigo?-me pregunta.
-Ha dicho ''Esta es la tía más decente que conozco, imbécil''.-digo.
-¿Y que has dicho?
-Nada.- me mira disgustada.- Le he besado.
-Bien hecho, Natalia.
-¿Como sabe mi nombre?-pregunto incrédula. 
-Sé muchas cosas que tu no sabes.- dice, y me guiña el ojo. Nos reímos a carcajadas. Es vieja y sabia, pero es como una amiga más.

Tú.

Tu amor es mi mayor droga, y tu mi mayor camello. Eres mi adicción favorita, no eres legal, ni buena para mi. Pero me encantas, y estoy totalmente enganchada. Me gusta, simplemente. No eres como otros tíos, que te prometen las estrellas y después te dan de lado, o como otros que ni siquiera prometen nada. Eres esa persona que solo existe si besas a un millón de ranas, y la encuentras, pero después de quedar destrozada, pero aún así me gustas, me gusta tú forma de beber Coca-colas, tu sonrisa, tus ojos. No tienes nada fuera de lo común, a excepción que no eres común, si no perfecto. Y no puedo describirte en palabras lo que te quiero, ni quiero hacerlo. Quizás este demasiado colocada de ti, pero eso no importa. Sigues gustándome. Y no sabes cuanto.

lunes, 25 de julio de 2011

Mentiría.

Mentiría si dijera que no te quiero, que no soy feliz cuando me abrazas. Tú sabes que me gustas, y yo a ti. Pero también sabes que soy yo, y como soy yo, no quiero caer en tu trampa. He cometido demasiados errores, y andar con pies de plomo es lo único que puedo hacer para no volver a cometerlos. Y la verdad lo siento, pero no quiero fallar. Solo quiero ser feliz. Pero, también puedo decir, que estoy empezando a quererte.

G.

¿Sabes que es lo peor? Que me has decepcionado. Esperaba que por lo menos, tuvieras un bueno motivo para dejarme plantada. Porque no entiendo como se puede decir ''te quiero'' sin sentirlo. Porque eso es de gilipollas, como tú. Y yo te quería, y me duele. No quiero volver a verte en mi vida, pero posiblemente, te veré a la vuelta de la esquina tomando el sol en tu terraza, o tomando algo en cualquier bar. Le dirás a tus amigos lo tonta que he sido, y lo fácil que es engañarme. Me sentiré débil hasta el punto de llorar por ti. No, me estoy volviendo paranoica. Solo eras un tío, si, pero un tío al que quería.

martes, 5 de julio de 2011

Don tic-tac.

El reloj sigue avanzando. Los minutos pasan, y el tren también. Ninguno de los dos sabe que decir. Encontraremos a otra gente, quizás. Posiblemente no volveremos a hablar, porque no me llamarás, y si lo haces, no te cogeré el teléfono ¿Para qué? ¿Para añorar tus labios, tus ojos, tu cuerpo, tu pelo revoltoso...?
Pues no. No quiero, SI te vas y me dejas sola, hazlo bien. Es tu decisión.
-El tren ya está aquí.- dices.
-Pues adiós.-digo. Me giró.
-¿Que haces? ¿No me vas a dar un beso?-preguntas.
-Tú y yo ya no estamos juntos. Me vas a dejar. Porque te vas, ¿recuerdas?
-No quiero irme. Sólo lo hago porque no quieres estar conmigo.
-¿Como que no quiero estar conmigo? ¡Si es lo único que quiero!-me acerco a ti.- Pero el tren ya está aquí.
-Da igual. No quiero irme.
-Pero debes marcharte. Sí, te echaré de menos, pero ya he sufrido. Y lo he aceptado.
-No voy a irme. No tengo billete.-sonríes.- Sólo quería oírte decir uan cosa.
-¿Cuál?
-Que me quieres.
-Te quiero. Te quiero. Te quiero. ¿Me oyes? ¡TE QUIERO!