-Adiós.-dice ella, y cuelga. ¡Por dios! ¿Porque él es tan difícil? Si le gusta ella, y no lo admite, sera por algo ¿no? Amanda se muerde las uñas nerviosa. Él le ha dicho que la llamaría. ¿Pero cuando? Mañana, ¿hoy? Pero, ¿porque está tan nerviosa? ¡Él no le gusta! ¿O si? Amanda no lo sabe. Suspira, se dirige a la cocina, y coge una botella de vodka. Da un trago. Enciende un pitillo y se sienta apoyada en al pared. Se odia. Y el odia a él, ¿o no? Haber, él la saca de quicio, pero tiene un nosequé, y un noseporqué que le gusta. Estornuda. Vuelve a beber, y sigue bebiendo. Acaba la botella. Enciende otro cigarrillo. Pasa así una o dos horas, tumbada en el suelo, comiéndose el techo y fumando. Suena su móvil, se tambalea, y lo coge.
-¿S..sí?-dice, mientras todo le da vueltas.
-Oye...-dice él, aunque ella le interrumpe enseguida.
-Ah, eres tú. Voy a serte sincera, chaval. Me gustas, o te odio, no lo sé. Estoy demasiado borracha como para saberlo.- dice en tono de borracha.
-¿Estas borracha a las siete de la tarde?
-Sí, ¿algún problema?
-No, pero quería invitarte a cenar.
-Mañana a las nueve, recógeme.- dice ella, y cuelga. Siempre cuelga ella primero, si no, no está contenta. Ahora sabe algo, y no es mucho, es que no sabe lo que siente. Se tumba en el suelo, y mira unas fotos, que alguien dejo allí, seguramente ella, pero no lo sabe, esta demasiado borracha como para acordarse. Sonríe.
Es la puta ostia el texto
ResponderEliminargracias ;D
ResponderEliminar